Atracción fatal
Estaba enamorado de su mujer, pero un día en que estaba haciendo el turno en el hospital a su hermano, conoció en la cafetería a una belleza felina. Como no había mesa libre, la invitó a sentarse a la suya. Ella, tras un breve titubeo accedió a compartirla. Conectaron enseguida y estuvieron hablando hasta que la camarera les dijo que iban a cerrar. Mientras se dirigían al ascensor para subir a las habitaciones, estuvieron flirteando. Ambos iban a la misma planta y sus manos se rozaron involuntariamente al ir a pulsar el botón del ascensor. Estaban tan cerca que notó como a ella se le erizaba la piel de su hermoso cuello. Aspiró su fragancia y le sopló su cálido aliento a la oreja, susurrándole.
—Si te hubiera conocido antes—, apartándose de ella con brusquedad.
Ella lo miró desconcertada y al abrirse las puertas se despidieron con un frío hasta luego.
Al llegar a la habitación su hermano dormía, en realidad era tan tarde que no había nadie despierto en toda la planta. Entonces desplegó el sillón y se acostó. Desde que a su hermano le dio el ictus, aquel hospital era como su casa. A media noche se despertó con una pesadilla. Una pantera se había colado en la habitación por la ventana y lo había atacado. Cuando todos en la casa se fueron a dormir, el gato se dispuso a ejecutar su plan. La fiera salvaje que tenía dentro debía satisfacer sus instintos, pero él se había despertado a tiempo. Estaba sudoroso y fue al baño a refrescarse. Al mirarse al espejo pudo comprobar que su experiencia no fue tan onírica. Vio como tenía su pecho surcado por profundos arañazos, mientras se preguntaba:
—¿Cómo era posible que ella hubiese entrado por la ventana de una quinta planta?