De visita al hospital
Cuando Coré tenía siete años fuimos al hospital a ver a su hermanita recién nacida.
En esa época no estaba permitido que niños de tan corta edad pudieran entrar como visitantes al hospital. Le dije que si quería verla, tendría que decir que tenía doce años. La cosa fue bien en la puerta pues no le preguntaron la edad, era de esperar pues estaba bastante crecida para la edad que tenía.
Pero cuando subíamos en el ascensor nos cruzamos con una enfermera que le dijo:
—Que niña más guapa. ¿Cuántos años tienes?
Mi hija me miró, miró a la enfermera, suspiró y dijo decididamente:
—Siete años.
Entonces la enfermera sonrió y dijo guiñándome un ojo:
—Pues hay niñas de más de doce años que no son ni la mitad de responsables que tú.
Ese día me dio una lección. A pesar de las ganas que tenía de encontrarse con su madre y conocer a su hermana, lo arriesgó todo haciendo lo que consideró correcto, y que no era ni más ni menos que lo que su madre y yo le habíamos enseñado. Decir siempre la verdad.
De visita al hospital - © - Rito Santiago Moreno Rodríguez