Ese fue criado a balde
Cuando era pequeño oía esta frase refiriéndose a una persona que bebe sin control. Con el tiempo entendí el significado de esa expresión. La primera vez que vi criar a balde a un becerro fue en la finca que Josenito Monzón tenía en El Roque. Al parecer era más barato alimentarlo con leche en polvo en un balde, mezclada con unos 10 litros de agua, a que la madre le diese de mamar de su ubre. La leche fresca de vaca estaba bien cotizada. Era impresionante como el becerrillo se bebía todo el contenido del balde de un tirón y sin apenas respirar.
Los animales que son criados de esa manera beben agua sin control, al tener ese recuerdo placentero de cuando bebían la leche de un recipiente igual. En cierta ocasión Tobita me contó que su primo casi revienta a un toro criado de esta manera, al darle de beber nada menos que siete baldes de agua. El toro llegó a orinar sangre y estuvo a punto de morir. La pérdida de un becerro ya criado suponía un gran quebranto económico para su propietario.