Un encuentro cálido en una noche fría
Como muchos domingos Manolo y yo salimos a la plaza. Íbamos a nuestro aire, cuando Maira Hernández nos paró para pedirnos fuego. Estaba acompañada de una chica, pero en ese momento se adelantó hacia nosotros y ni siquiera hizo intensión de presentarla.
Continuamos nuestro camino y un par de vueltas más tarde, las encontramos de nuevo en la entrada a la plaza, frente a la casa parroquial. Estaban sentadas en la valla. En esta ocasión, Maira nos llamó y nos presentó a su amiga.
Refrescaba a pesar de que estábamos en Julio. Al darle la mano noté su calidez en contraste con el ambiente. Mientras hablábamos no se la soltaba, pero cuando la noté sorprendida se la devolví a mi pesar. Las chicas nos hicieron hueco y nos sentamos. Conectamos de inmediato y estuvimos hablando toda la noche. Hasta tal punto estaba absorto en la conversación, que no recuerdo el momento que se despidió Manolo, ni cuando dejé de percibir a Maira.
Así nos conocimos Tere y yo.
Foto: Nuestra primera foto juntos.
Un encuentro cálido en una noche fría - © - Rito Santiago Moreno Rodríguez